MOTIVACIÓN Y APRENDIZAJE
¿Todos los niños y jóvenes van motivados a la escuela? ¿De quién depende la motivación, de los alumnos o del profesor? ¿Qué puede hacer el profesor para motivar? ¿Cómo se puede mejorar la motivación de los alumnos en la escuela? ¿Cómo se puede asegurar que la escuela sea un entorno seguro, en el cual los niños puedan expresarse con libertad? ¿Qué relación hay entre la motivación y la calidad del aprendizaje? ¿Cómo hacer que la escuela sea un lugar al cual los niños quieran ir?
La relación entre la motivación y el aprendizaje plantea numerosos interrogantes. Atendiendo a la definición establecida por la Real Academia Española entendemos motivación como los estados y procesos internos que impulsan a las personas a realizar actividades determinadas. Además, podemos distinguir dos tipos de motivación: la motivación intrínseca, que proviene del alumno y remite a sus propios intereses; y la motivación extrínseca, que proviene del entorno -profesores, aula, grupo social, etc.-.
César Bona, maestro español, en su libro "La nueva educación: Los retos y desafíos de un maestro de hoy" reflexiona, entre otras cuestiones, sobre los factores que podrían mejorar la motivación estudiantil en la actualidad. Tomando su ejemplo, trataremos aquí de elaborar una serie de propuestas de aspectos que podrían ser mejorados en la educación española en relación a la motivación, atendiendo al ámbito emocional, social y cognitivo:
En la escuela finlandesa, la cual se ha convertido en un paradigma de excelencia educativa, cada centro cuenta aproximadamente con el acompañamiento de dos psicólogos y un trabajador social. Frente a esto, en España actualmente contamos con un psicólogo por cada tres centros. Por lo tanto, una primera propuesta de mejora sería aumentar el número de psicólogos y trabajadores sociales en cada centro, lo cual serviría para anticipar, detectar y resolver con más rigurosidad y dedicación los problemas del alumnado. Las observaciones realizadas por estos profesionales complementarían las tareas y responsabilidades del personal docente, facilitándoles la información necesaria sobre el estado de sus alumnos. Para favorecer la comunicación entre el alumnado, los docentes y los orientadores sería recomendable consagrar una hora de tutorías semanales, tanto individuales como colectivas, en las cuales se buscaría atender a las necesidades del alumno y conocer con más detalle qué les motiva, para poder así enseñarles y motivarles en mejores condiciones.
Además de la preocupación por el ámbito afectivo, es importante atender al ámbito social, y crear un entorno escolar agradable para los alumnos, en el cual estos se sientan integrados y participen activamente. Para favorecer la implicación del alumno en la comunidad y en el centro educativo se pueden incentivar tareas colectivas y fomentar el uso de aprendizaje cooperativo y entre iguales.
Por último, en relación al ámbito cognitivo también cabría destacar algunas posibles mejoras. Por un lado, se podrían utilizar nuevas formas de enseñanza; por ejemplo, combinando las alternativas de trabajo más tradicionales con nuevas herramientas, como debates en clase, prácticas, películas, vídeos, imágenes o TICS. Variar la forma de enseñanza es fundamental para incentivar la motivación del alumno. Por otro lado, es importante fomentar la creatividad y la participación activa del alumnado en la búsqueda de información y en el proceso de aprendizaje. El refuerzo positivo de sus aportaciones favorecerá su implicación. Es más, quizás debería incluso relativizarse la importancia de los deberes. Los deberes han de ser asumibles para el alumno, tanto a nivel de sus capacidades, como a nivel de carga horaria de trabajo.
César Bona, maestro español, en su libro "La nueva educación: Los retos y desafíos de un maestro de hoy" reflexiona, entre otras cuestiones, sobre los factores que podrían mejorar la motivación estudiantil en la actualidad. Tomando su ejemplo, trataremos aquí de elaborar una serie de propuestas de aspectos que podrían ser mejorados en la educación española en relación a la motivación, atendiendo al ámbito emocional, social y cognitivo:
En la escuela finlandesa, la cual se ha convertido en un paradigma de excelencia educativa, cada centro cuenta aproximadamente con el acompañamiento de dos psicólogos y un trabajador social. Frente a esto, en España actualmente contamos con un psicólogo por cada tres centros. Por lo tanto, una primera propuesta de mejora sería aumentar el número de psicólogos y trabajadores sociales en cada centro, lo cual serviría para anticipar, detectar y resolver con más rigurosidad y dedicación los problemas del alumnado. Las observaciones realizadas por estos profesionales complementarían las tareas y responsabilidades del personal docente, facilitándoles la información necesaria sobre el estado de sus alumnos. Para favorecer la comunicación entre el alumnado, los docentes y los orientadores sería recomendable consagrar una hora de tutorías semanales, tanto individuales como colectivas, en las cuales se buscaría atender a las necesidades del alumno y conocer con más detalle qué les motiva, para poder así enseñarles y motivarles en mejores condiciones.
Además de la preocupación por el ámbito afectivo, es importante atender al ámbito social, y crear un entorno escolar agradable para los alumnos, en el cual estos se sientan integrados y participen activamente. Para favorecer la implicación del alumno en la comunidad y en el centro educativo se pueden incentivar tareas colectivas y fomentar el uso de aprendizaje cooperativo y entre iguales.
Por último, en relación al ámbito cognitivo también cabría destacar algunas posibles mejoras. Por un lado, se podrían utilizar nuevas formas de enseñanza; por ejemplo, combinando las alternativas de trabajo más tradicionales con nuevas herramientas, como debates en clase, prácticas, películas, vídeos, imágenes o TICS. Variar la forma de enseñanza es fundamental para incentivar la motivación del alumno. Por otro lado, es importante fomentar la creatividad y la participación activa del alumnado en la búsqueda de información y en el proceso de aprendizaje. El refuerzo positivo de sus aportaciones favorecerá su implicación. Es más, quizás debería incluso relativizarse la importancia de los deberes. Los deberes han de ser asumibles para el alumno, tanto a nivel de sus capacidades, como a nivel de carga horaria de trabajo.
El objetivo de estas propuestas es mejorar la motivación de los alumnos.
¡Hay que escuchar a los niños e invitarles a participar activamente en su proceso de aprendizaje!
¿Qué más propuestas podríamos plantear?
Los nuevos retos de la educación - César Bona
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